Mis deseos para el Tinku Kamayú, y todas las mujeres que ellas representan

Se acerca el fin de año, y entre tantas acciones y propósitos no suele faltar el hacer un balance de lo realizado, así como el desear a nuestros seres queridos lo mejor para el año que comienza.  Sin duda que entre los primeros para dichos deseos estarán  nuestros familiares y afectos más cercanos.  Sin embargo, la capacidad de augurar buenos deseos y propósitos no es tanto como manzanas en una cesta, que al repartirlas se acaban, sino como la llama de una vela, que al brindarse no se agota y es capaz de dar más luz.

Por eso me pareció muy grata la invitación que hace World Vision España en su iniciativa Házlo realidad!, la cual permite que enviando mensajes de texto de salutación podamos colaborar en recaudar fondos para sus programas de educación, salud y nutrición en África, Asia y América Latina.  Otra faceta de dicha iniciativa nos invita a preguntarnos concretamente sobre nuestros deseos y augurios para aquellos que conocemos y que se encuentran en una situación difícil de algún tipo. Esas situaciones suelen ser caracterizadas como pobreza, marginación, exclusión…

La propuesta (o reto) tiene varias puntas positivas:

  • nos obliga en esta oportunidad a ponerle nombre y cara a aquellos que en los proyectos y programas de desarrollo son tantas veces número e indicadores;
  • nos propone hacer público nuestro augurio y nuestro deseo de un mejor año para ellos; y
  • nos permite presentar a nuestros conocidos a quienes nos leen en las entradas de un blog o bien en sus comentarios.

En este espíritu, quiero presentar aquí brevemente a las amigas del Tinku Kamayú, que en Quechua quiere decir Reunidas para Trabajar.  Su historia se desarrolla en Santa María, en la precordillera de los Andes, al norte de la provincia de Catamarca (noroeste Argentino), a 1.900 metros sobre el nivel del mar.  La actividad agropecuaria ha sido históricamente el motor de la economía de Santa María, concentrándose  en aromáticas, vid y nogal, así como la cría de ganado caprino, ovino, bovinos, camélidos (llamas), y cabalgares. En consonancia con la realidad nacional, Santa María sufrió en las últimas décadas un fuerte proceso de descampesinización que llevó  a pequeños productores al abandono y/o venta de sus propiedades, y a la consiguiente instalación de una parte de las familias en el núcleo más urbanizado del departamento. Otra parte de la población ha migrado hacia centros poblacionales como Tucumán, Buenos Aires, o la zona de Cuyo.

Hace diez años atrás, Argentina vivía el pico de una crisis política y económica que marcó en diversos sentidos un antes y un después en la historia nacional.  En Santa María el período se caracterizó por un enorme desempleo, lo que repercutió en la actividad comercial y de servicios del área, produciéndose el cierre de pequeños comercios, comedores, etc. La oficina de Cáritas en Santa María comenzó a recibir la presencia cotidiana de un gran número de personas que hacían cola a la espera de alguna ayuda en alimentos y vestimenta.  A mediados del año  2002, el párroco local solicitó la ayuda de Margarita Ramírez, una voluntaria local del Movimiento Focolar, para colaborar en la búsqueda de alternativas frente a aquella multiplicidad de pedidos.

Margarita había estado largamente vinculada a la Escuela Aurora, espacio donde se ubica el Taller Armonía, taller de costura y tejido en Santa María, ambas instancias originadas en una larga labor de apoyo y acompañamiento de los Focolares en la zona. Margarita tuvo la idea de comenzar un emprendimiento de confección de hilado artesanal a fin de proveer al Taller Armonía, el cual hasta ese momento lo adquiría en tiendas comerciales de Santa María y Tucumán. Una vez que contó con el acuerdo y disposición de las artesanas del Taller Armonía para la compra del hilo que pudieran elaborar, comenzó a buscar a otras mujeres para iniciar la actividad. En Septiembre de 2002 reunió a las primeras mujeres en la vecina localidad de Lampacito, con quienes mantuvo varias reuniones iniciales para comentar la idea y organizar los primeros pasos de la acción.

Con el aporte inicial de lo que cada hiladora pudo sumar, e instalándose en un pequeño salón prestado, el taller entró en funcionamiento a finales del año 2002 con sólo un par de ruecas prestadas, debiendo sentarse las hiladoras sobre ladrillos apilados para realizar el trabajo. Al poco tiempo, se vieron obligadas a mudarse a unas habitaciones de adobe que consiguieron prestadas en un terreno abandonado sobre la ruta que viene de Santa María hacia Lampacito. Uno de los apoyos iniciales clave recibido por el grupo fue el de un programa de desarrollo rural vigente esos años, el PSA-PROINDER.  Tanto de parte de los técnicos como así también de algunas de las integrantes del grupo, existían dudas sobre la viabilidad de un emprendimiento que comenzaba con tan escasos recursos. Al respecto, Margarita recordaba esos momentos de la siguiente forma:

Los técnicos estaban dudosos de hacer el proyecto para el PSA,
y no sabían si hacerlo o no hacerlo. Decían que sólo se apoyaban
proyectos de agricultura, otros proyectos no. Entonces yo dije
“–Empecemos ya”!, y una de las chicas dice –“Pero si no tenemos
nada!” Y otra dijo “–Yo tengo cinco kilos de lana de oveja”. Y otra
dijo “–Y yo tengo cinco pesos para comprar más.” Y la tercera dice “Y
yo tengo un huso para hilar… vos Margarita buscá dónde podemos
trabajar”…

Con  la donación de un monto de dinero de un particular italiano vinculado al Movimiento Focolar, las mujeres pudieron adquirir el terreno donde estaban trabajando. A mediados de 2005 el grupo recibió el financiamiento de un proyecto presentado al PSA-PROINDER destinado a construir el salón para el taller de hilado y sus instalaciones (sala de venta, depósito para materia prima, baño, etc.). Para el pago de la mano de obra se contó con aportes de la Escuela Aurora, de las socias, y de la ONG española Achalay. El municipio local y algunas otras oficinas públicas  (como Vialidad Provincial) facilitaron maquinarias, herramientas y mano de obra en distintas instancias de la construcción del local. En Marzo de 2007 el Tinku Kamayú realizó la fiesta de inauguración del salón de hilandería, contando con la presencia de vecinos, autoridades municipales y representantes de las instituciones de apoyo.

Pude conocer de cerca la experiencia del Tinku Kamayú un tiempo antes de la inauguración de su local, cuando las luchas cotidianas eran muchas, los  diálogos siempre necesarios, y la mirada hacia el futuro un sostén. Su historia y su presente me impactaron, y con un colega escribimos un capítulo de un libro para profundizar en la trayectoria que como personas y como organización habían recorrido. Analizamos  la capacidad creativa del grupo de mujeres del Tinku Kamayú, eje estructurador de su particular forma de desarrollo alternativo. Resultaba claro que la dimensión económica de la experiencia había sido clave en el contexto de pobreza del surgimiento del grupo, guiando en gran medida decisiones vitales de las participantes. Sin embargo, un lugar relevante tuvo también la exitosa y creativa articulación de la dimensión económica-productiva con la dimensión espiritual-afectiva de las mujeres participantes en el Tinku Kamayú. Ellas encontraban  en su participación en el grupo múltiples satisfactores a necesidades distintas y cambiantes en el tiempo.

Luego, he sido testigo cómo otros colegas también se han interesado y apoyado esta experiencia, desde documentales hasta noticias; y he seguido sus novedades y fotografías en el barrio Facebook.

Vaya para ellas entonces, las amigas del Tinku Kamayú,  mi deseo que su fortaleza siga siendo tan contagiosa para tantos de nosotros, que su espíritu nos siga transmitiendo esperanza, y que sus esfuerzos sean -como hasta ahora- semillas y frutos de desarrollo. 

(si te llega esta entrada por email, deberás entrar al post para ver el video)

Quedan abiertos los comentarios para hacer llegar también nuestro deseo a algún conocido, cuya historia y trayectoria pueda servirnos también de inspiración para el año nuevo que se nos aproxima… 

8 comentarios sobre “Mis deseos para el Tinku Kamayú, y todas las mujeres que ellas representan

  1. Me quedé sin palabras!!!!…»MIS DESEOS PARA ESTAS GRANDES MUJERES, ES QUE EN ESTAS FECHAS DIOS Y MARÍA LAS BENDIGAN, QUE SUS ESPERANZAS, FORTALEZA, VOLUNTAD Y ESFUERZO NUNCA DECAIGAN»…»QUE TODOS LOS SUEÑOS SE PUEDEN HACER REALIDAD»…

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    1. Que lindo poder aprender de estas mujeres, poner fuerza, perseverancia,amor, esperanza…y TANTAS cosas mas que hicieron que su proyecto crezca mas y mas , siempre dándole para adelante. Estas experiencias nos sirven profundamente para poder siempre, ante todo, poner lo mejor de cada un@ y a pesar de las trabas o cosas feas que la vida nos pone…seguir!
      Mis mejores deseos de felicidad para cada una de estas mujeres luchadoras y simples, que es lo que este mundo necesita, Que Dios las bendiga, feliz navidad y año nuevo!!!!Gracias por compartir esta experiencia….

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  2. Me encanto la iniciativa de Hazlo realidad! deseando lo mejor a los que más queremos y a su vez haciéndolo realidad para quienes más lo necesitan a través de algo tan simple como enviar un mensaje y más aun, ya que también estamos aportando un granito de arena para proyectos de desarrollo, ya que por lo que leí esta organización cree en el potencial de las personas a las que ayudan, por eso trabajan en coordinación con ellas, para que lideren su proceso de cambio y el desarrollo sea realmente sostenible. Con mucho gusto me hago eco de esta iniciativa!!! y espero que sean muchos más los que se unan, ya que como dice la frase «La unión hace a la fuerza»

    Con respecto a Tinku Kamayú, creo que es una EXCELENTE y ADMIRABLE experiencia que merece ser imitada por tantas comunidades que se deben encontrar en iguales condiciones…

    Pablo extraordinario el post y sobre todo muy reflexivo!!!

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  3. La historia de nuestra tierra y nuestro continente está marcada por el sacrificio y la valentía de muchas mujeres que en el silencio o en el silenciamiento han sabido afrontar las crisis y resurgir de las ruinas…
    Para los cristianos el sí de una humilde muchahca palestina permite el abajamiento del Salvador, eligiendo hacerse pobre pudiendo tener riquezas…
    Que en esta Navidad y en el nuevo año que comienza el tetimonio de estas y otras tantas mujeres nos permitan animarnos a salir de nuestras pasividades y comodidades y dar de lo nuestro para contruir una sociedad más justa y equitativa!!

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  4. Mis mejores deseos para que iniciativas como éstas se fortalezcan y contagien a otros en situaciones similares. «Da de comer a tu hijo un pez: comerá hoy; enséñale a pescar: comerá cada día» (E.F. Schumacher). Ayudar a ayudarse, creo que es la mejor forma de trabajar entre todos por un mundo más humano. Me gustaría destacar cómo, a pesar de la creciente «cristianofobia», es la Iglesia Católica la que está presente allí donde más se necesita. En este caso, movimientos como Cáritas o los Focolares. Y como la solidaridad no tiene fronteras, también son familias italianas las que con su aporte ayudan a asistir a la escuela o paliar sus tratamientos a niños humildes de San Juan. (http://www.lacometasanjuan.blogspot.com)
    ¡¡¡¡¡¡¡¡FELICES FIESTAS!!!!!!!

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