Ese video…

Durante la última semana estuve siguiendo con cierta atención el debate en Twitter -y su respectiva expansión en distintos blogs- sobre el video en YouTube producido por  Invisible Children sobre Joseph Kony (Nota: mi redacción original cambió en 24 horas de «un video» a «el video»… ).  El debate  me pareció interesante e ilustrativo de diversas dimensiones del desarrollo y la cooperación internacional, y me focalizé de alguna manera más en eso que en el contenido concreto del video en cuestión. En el medio de una semana más ocupada que lo normal, no me sentía muy motivado por ahondar en el tema… Eso fue así hasta que mi hija mayor (todavía en el colegio secundario) me compartió el video vía Facebook, comentándome que le llegó con comentarios tales como  «vean el mejor video que he visto en mi vida».  Entonces, tuve que verlo…  y cuando lo hice, sume mi grano de arena a las 40 50 60 100 millones de veces que el mismo ha sido reproducido (porqué tantas??). {dejo de contar ya, se convirtió en el video más viral en la historia}

Brevemente, para quien todavía no lo vio ni leyó al respecto, el video gira sobre la figura de Joseph Kony, oriundo de Uganda y  fanático religioso de origen cristiano, quien formó hace unos 25 años el  Ejército de Liberación del Señor (LRA), una secta desde la cual secuestró decenas de miles de chicos de entre cinco y diez años, entrenándolos luego para matar. Fue acusado de genocidio por la Corte Criminal Internacional de La Haya en el año 2005,  pero no hubieron acciones efectivas para encontrarlo. En una de las escenas claves del video,  Jacob -un adolescente que logró escapar de sus secuestradores- comienza a llorar desconsolado recordando el asesinato de su hermano en manos del LRA. Ante esto,  el entrevistador (y futuro fundador de Invisible Children) le promete que hará algo para detener esos crímenes, lo que terminó siendo la creación de dicha organización.

De ahí en más, el video narra los últimos años de la organización y sus intentos fallidos de procurar involucrar acciones de los Estados Unidos en pos de disolver el LRA, hasta que en Octubre pasado, el presidente Obama anunció que enviaría un comando de cien hombres a Uganda para asesorar a las fuerzas armadas del país y favorecer la captura de Kony. A partir de ese punto, el video avanza con su campaña «con fecha de vencimiento» el 31 de Diciembre de 2012,  con el propósito de que el mundo entero conozca a Kony y sus atrocidades, como forma de mantener la presión internacional sobre el asunto. Se proponen  traer su imagen a la luz, y para ello han comprometido a diversos íconos de la cultura popular, deportistas, políticos, artistas,  etc. La gran movida apunta al 20 de Abril,  día en que se proponen empapelar y cubrir cada ciudad (de EE.UU?) con la figura y nombre de Kony, para lo cual promocionan un Kit de difusión, con afiches,  brazaletes y remeras.
.
La etiqueta o hashtag #Kony2012 llegó a ser trending topic en Twitter estos días, y millones de personas se han emocionado con la historia narrada en el video, enterándose de una problemática seguramente desconocida para la inmensa mayoría de ellos. Sin embargo, la blogósfera del desarrollo y la cooperación se ha mostrado desde escéptica y molesta, hasta indignada y escandalizada por el video y su trasfondo. Vale decir, aquellos que cotidianamente trabajan, estudian, y escriben sobre estas realidades, han sido justamente los que han puesto más distancia con la celebración del video como comprometido y positivo. Los argumentos  han venido en varios sentidos, algunos de los cuales  yo sintetizaría en los siguientes puntos:
.
a) Por simplificar, distorsiona: las campañas de advocacy (abogacía, incidencia) deben constantemente lidiar con una situación: si quieren llegar a una audiencia masiva, y movilizarla, no pueden detenerse en detalles y matices que distraigan y desvíen, deben producir un mensaje claro y simple. Pero la regla de oro de dichas campañas es (debería ser?) no distorsionar, y eso es lo que sucede en el video, de acuerdo a muchas opiniones. Por un lado, la situación del norte de Uganda -donde Kony perpetró sus crímenes- no es en la actualidad  la que el video refleja (más propia de un lustro o una década atrás); en dicha región  hoy en día las mayores necesidades pasan por el Sida, la prostitución infantil, y una misteriosa e incurable enfermedad neurológica que afectó a más de cuatro mil niños. El mismo Kony abandonó Uganda hace unos seis años, esfumándose en las densas selvas de la República Democrática del Congo y la República del África Central.  Por otro lado, han existido acciones de fuerzas multi-nacionales de África para atraparlo, habiendo estado al menos en una oportunidad muy próximos de hacerlo. Pero las referencias a la política local, las alianzas internas y externas que han ayudado a sostener al LRA brillan por su ausencia en el video…  pero claro, es complicar mucho el asunto.
.

b) Reproduce estereotipos: un estereotipo es un concepto, idea o imagen que representa un carácter inmutable de algo, y que es comúnmente aceptada por un grupo o sociedad. En una campaña de movilización, el estereotipo funciona como un mecanismo facilitador para transmitir el mensaje, ahorrando tiempo y energía pues «todos sabemos que es así».  En este caso, el estereotipo  es el africano necesitado, necesitado tanto materialmente como también (y sobretodo) necesitado de ser ayudado por blancos vestidos en sus armaduras brillantes (valga la metáfora).  Los africanos, los actores locales de esta historia, quienes deberían ser entendidos como protagonistas, aparecen despojados de agencia, de esa capacidad de conocer y actuar que finalmente nos define como humanos.  No hay ninguna referencia en el video a las alternativas de solución trabajadas durante años por organizaciones africanas para llevar paz a la región, por el contrario, se nos presenta  la solución «americana» a un problema africano: matar a un hombre malo traerá la paz y el bienestar. Así reproduce el estereotipo de la África necesitada y desesperanzada.

c) El video tiene mucho de auto-promoción: es notable ver el espacio que tiene en la filmación el narrador Jason Russell, la organización Invisible Children, e incluso el mismo hijo de Russell,  Gavin.  Buena parte del video transcurre explicándole a Gavin, de cinco años, quién es el hombre malo y quiénes son los buenos, y qué hay que hacer para que dejen de pasar cosas malas en «África». Serio y turbado por la historia, Gavin dice: Deberíamos detenerlo. Esas escenas producen empatía, ternura y admiración… al punto que nos olvidamos que la explicación dada sobre la situación es adecuada y válida para un niño de cinco años… y punto.

Hay muchas puntas más para ahondar, y excelentes preguntas para explorar su respuesta. Un  dato duro de la realidad es que el video se ha convertido en viral, ha hecho mundialmente conocido a Kony, así como a  cierta realidad de un país que la mayoría no sabría ubicar en el mapamundi (y varios dudarían en qué continente buscarlo). Entonces, el salto sobre la barrera de la ignorancia parece haber sido dado, y nos queda la ilusión que estamos más cerca de la solución… Lo que es FALSO. Saber más, estar más informados, enterarnos de algo, puede ayudar a llevar más atención, educación y dinero a una problemática, pero eso no es la solución.  Y si bien no hay una sola respuesta a cuál es LA solución, seguramente no será aquella que venga desde afuera del espacio vital de los involucrados y no deje espacio para las voces africanas, no será aquella que crea que los niños son invisibles, no será aquella que produzca un mayor desempoderamiento...
.
Podría parecer que hay cierto dilema en todo esto para quienes nos preocupa y/o trabajamos en estas o similares realidades del desarrollo y la cooperación internacional: lo que nos ofrece por un lado de masividad y hace que esos temas que nos movilizan cotidianamente sean captados y asumidos de algún modo por la «opinión pública» o por jóvenes que se movilizan por algo que le es tan ajeno y distante, también nos lo quita por otro lado cuando aparecen estas situaciones de distorsión de la realidad y falta de matices, así como preponderancia de las voces lejanas y salvadoras sobre las que son entendidas como «victimas pasivas y necesitadas de socorro».
 .
No es sencillo lograr que la gente se interese por la pobreza, principalmente  sin golpes bajos, sin la arrogancia de ponernos a nosotros los-no-pobres en el centro, sin tapar con nuestra oferta su supuesta demanda, sin quedarnos en una historia simplificada de la cual se deriven soluciones igualmente simplistas. Pero hacerlo de esa manera es la única manera digna de hacerlo.
—————————————-
ACTUALIZACIÓN:
Apenas tres d Días después de publicado este post, el debate ha continuado y nuevas lecturas se siguen sumando. Para aquellos interesados en un registro minucioso (principalmente en Inglés), recuerden visitar A reader´s digest of Kony, y un filtro por categorías varias en Stopping Kony or stopping video activism? .Realmente valioso me pareció el post de TMS Ruge, nacional de Uganda y viviendo en la diáspora: A peace of mind: respect my agency 2012!, así como el diálogo de dos mujeres que de estas realidades saben mucho en Searching for closure: A Kony2012 Postscript.Suma elementos que restan simplicidad, What Jason didn´t tell Gavin; una joven de Uganda opina y da hechos, con un par de millones de visitas, tras lo cual vuelve a comentar; los meditados comentarios de Eric Ritskes aquí, aquí, aquí y ¿por último? aquí.  Una reflexión más sobre porqué los jóvenes se engancharon tanto con el video, y contradiciendo/complementando algo de ello a partir del 8 de Marzo, un blog excelente: Pieces of Mee. Una crónica detallada para entender la situación del norte de Uganda que merece más que 30 minutos… Desde el Banco Mundial, lecciones para el desarrollo.
Otras??
ULTIMA (y final) ACTUALIZACIÓN:
Gracias a @tmsruge conocí el video que incluyo a continuación (subtítulos en Inglés usando CC).
Su mensaje fue: If YOU watched 29 minutes of #KONY2012, please clean your conscience with THE THING THAT HAPPENED by @HopeNorth
(si recibes este mensaje por email o RSS, quizás debas ir a la página del blog para ver el  video)

8 comentarios sobre “Ese video…

  1. Estimado Pablo, me encanta que hayas escrito sobre este tema en relación con las distintas perspectivas y formas de abordar los problemas sociales de nuestro tiempo. He estado hablando de este tema toda la semana con mi hijo de 24 años, de quien recibí el video y quien se ha comprometido con esta causa; él ve en ello una forma de contribuir a la solución de un problema en particular sin tener que esperar a que las entidades «oficiales» tomen acciones. También representa las nuevas formas de aportar al desarrollo con fórmulas creativas que se apartan de los cánones tradicionales.

    Apartándome de los «lunares» que una iniciativa como ésta pueda tener, los cuales tu muy bien señalas (como utilizar a un niño tan pequeño en el asunto), el tema me hace reflexionar sobre las nuevas formas de gobernabilidad que desde hace algún tiempo están pidiendo a gritos las personas de carne y hueso que se sienten poco representadas y frustradas ante acontecimientos tan tristes como la persistencia de la pobreza y el hambre sin que se den resultados concretos.

    El caso Kony dará de qué hablar por un buen tiempo, pero también abre los ojos sobre una situación que de no existir las redes sociales nunca se habría convertido en «virus» para denunciar algo ya no tan actual pero sí muy real.

    Un abrazo y sigue escribiendo columnas como ésta de reflexión y análisis de asuntos cotidianos desde nuestro «nicho» de trabajo en el desarrollo. Saludos, Fabiola

    Me gusta

  2. Sí. Ayudemos a atrapar a este miserable cuyas acciones y existencia sirven para justificar la patraña que ciertas ONG montan para justificar intervenciones, criminalizaciones intencionadas con ópticas sesgadas hacia los intereses de mercenarios de la comunicación, pero, sobre todo, de las grandes corporaciones y sus estados pretorianos, interviniendo donde y cuando mejor les parece, quienes son los crean estos monstruos.

    Me gusta

  3. Me parece pertinente la develacion del sindrome del superheroe tipica de los gringos. Y me parece que en si el video distorciona el fin al simplificar algunos elementos que perfectamente, como vos señalas, pueden ser utilizados en su contra.
    Me parece que la solucion no esta en eliminar el sujeto, ya que habra una buena cantidad de elementos reclutados que le apoyan y que seguirian con estas practicas aun sin la figura de su guia. De esta manera yo abogo por la educacion del pueblo y la distribucion de la ayuda de manera menos puntualizada, de esta manera se empoderara al pueblo a que se organice de la mejor manera que se pueda, con el apoyo externo, sin necesidad de ser impositivos. Recuerda que «La paz no es la ausencia de guerra, es una virtud, un estado de la mente, una disposición a la benevolencia, la confianza y la justicia.» Spinoza. Y para lograr tooooodo eso no basta con una ayudita… sino un sistema coordinado en diferentes areas. 🙂

    Me gusta

  4. Parece que el tema / video esta causando mella tambíen en Jason Russell en el sentido que el éxito de la campaña / video que ha superado todas las expectativas, tambíen esta superando las capacidades de sus creadores / promotores. Juzguen ustedes mismos.

    EN EL PERIODICO DIGITAL EL PAIS 17/03/2012: «Detenido el creador del vídeo de ‘Kony 2012’ por escándalo público».

    «Russell, de 33 años, fue atendido por la policía ante quejas de los vecinos de Pacific Beach que denunciaron la presencia de un hombre desnudo y que parecía masturbarse en una de las zonas más céntricas de San Diego, interrumpiendo el tráfico y profiriendo incoherencias.
    El grupo Invisible Children, que defiende los derechos de la infancia en Uganda, fue quien reconoció la noche del viernes (hora local) los problemas de su cofundador y admitió su hospitalización. “Las últimas dos semanas sufrimos varios golpes emocionales que se han cobrado su precio en este desafortunado incidente. La pasión de Jason y su trabajo ha servido a tantos que nos destroza verle sufriendo estos problemas personales de salud”, declaró el presidente de la organización, Ben Keesey, en un comunicado. La mujer de Russell también ha hecho público un texto que recoge Los Angeles Times en el que confirma que su marido «hizo cosas irracionales provocadas por el agotamiento y la deshidratación». Sugiere, además, que las críticas al vídeo pueden haber tenido algo que ver en su comportamiento. «Por lo personal de la película, algunos de los ataques contra ella han afectado mucho a Jason», añade. Russell es el cerebro detrás del vídeo Kony 2012, trabajo en el que cuenta con la colaboración de su propio hijo, Gavin, y un niño soldado en Uganda y que se centra en la figura de Joseph Kony, brutal líder militar del grupo Lord Resistence Army al que ha encumbrado como uno de los principales culpables de la situación que vive ese país, mostrándole como un traficante de niños que secuestra y convierte en soldados o esclavos sexuales. El vídeo viral superó con facilidad los 100 millones de espectadores entre YouTube y Vimeo, un éxito tal que el documental de Russell se vio convertido en un fenómeno cultural capaz de superar con creces la audiencia de grandes estrenos de Hollywood como John Carter. El vídeo de media hora también sirvió para que las redes sociales se hicieran eco de los abusos en Uganda. Sin embargo Russell también tuvo que responder a numerosas críticas que censuran la obra por lo que llaman exageraciones contra Kony o que acusan al grupo Invisible Children de apoyar la lucha armada con su director portando un arma en las imágenes del documental. Además, expertos y analistas han criticado a la ONG por considerar que su mensaje simplifica o manipula el problema de los niños soldado.
    En el nuevo vídeo de Russell, el realizador y filántropo puede ser visto golpeando el suelo además de realizando en público gestos similares a la masturbación, algo que la policía no pudo corroborar. El teniente Andra Brown indicó a la prensa que no se presentarán cargos contra Russell quien podría encontrarse en el momento del incidente bajo la influencia de alcohol o drogas. El joven, que se muestra en la famosa campaña como un padre amantísimo que quiere movilizar al mundo para acabar con el criminal ugandés y así dejar a su hijo «un mundo mejor», no opuso resistencia a los agentes, que lo detuvieron y decidieron trasladarlo al hospital porque, según la teniente, «necesitaba ayuda» y «podría suponer un peligro para sí mismo o para otros».

    Me gusta

  5. Yo creo que no deja de ser un hecho triste y un «daño colateral» …, pero nos da pistas sobre las consecuencias cuando un tema desborda …

    Me gusta

Deja un comentario